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La periodista y escritora valenciana, ganadora del Premio Planeta en 2004 y el Premio Nadal en 1998 y cuya obra ha sido traducida a veinte idiomas, sale al paso de los comentarios que desde el pasado sábado se llevan produciendo acerca del último puesto en el ESC por España y el famoso gallo de Manel Navarro. En un post escrito en su página en Facebook, Etxebarría dice no apetecerle sumarse al linchamiento público que está sufriendo “un chico muy joven al que ya le han jodido la carrera para siempre.” 

“Al principio me pudieron hacer gracia los tuits sobre el gallo. Tres días después, ya no” reconoce la escritora recordando la juventud de Manel y que en los ensayos previos lo había hecho bien, añade que “le traicionaron los nervios” porque “cantar, actuar y hablar en público es muy difícil, yo lo he hecho y sé lo que es.”

La valenciana echa la vista atrás a lo ocurrido en la pre-selección del pasado mes de febrero recordando el famoso corte de mangas de Manel Navarro en directo pero incide en que “también es cierto que casi le agreden a él y a un miembro del jurado” además de sentenciar que tampoco es motivo para el linchamiento: “¿Que él tampoco fue un prodigio de amabilidad antes? ¿Y qué? ¿Eso me justifica para ponerme a su nivel? ¿Si yo me convierto en un chungo porque él era un chungo, en qué nivel quedo yo?”

Continúa extrapolando lo ocurrido estos últimos meses con Manel Navarro a la tónica general de las redes sociales, “estamos llegando a unos niveles de odio en las redes, de ataques continuos, que ya son uno de los temas recurrentes de los expertos en psicología social”, asociándolo a la elección de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos: “De hecho hay teóricos que creen que si ha salido elegido un presidente como Trump que insulta a todo lo que se le pone por delante, que llama zorras a las periodistas sin cortarse un pelo, que no tiene el mínimo sentido de la educación, es porque desde hace unos diez años el concepto y el límite de lo que se le puede decir a otra persona se ha perdido.”

A Etxebarría le recuerda las críticas a Navarro a la España profunda de hace un siglo “en la que nada más que lo que se hacía al final de las fiestas patronales cuando se tiraba al pilón al tonto del pueblo, pero en cibernético.” 

Volviendo a la pre-selección de febrero, la autora del best-seller “Beatriz y los cuerpos celestes”, recuerda lo ocurrido en 2008 con La Casa Azul: “El cantante Guille Milkiway apostó por llevar su ‘Revolución sexual’ a Belgrado. Sin embargo, La Casa Azul y sus androides terminaron el concurso en tercera posición. Si creéis que el público siempre tiene razón, os recuerdo que el público votó a Chikilicuatre.” La escritora, que hace las veces de dj de forma esporádica, señala que “años después, este tema, la ‘Revolución sexual’, sigue siendo un superventas y un rompepistas, lo sé yo que lo pincho” apostillando un lapidario “quizá por eso TVE no confiaba mucho en la votación del público a la hora de decidir a quién enviar a Eurovisión. Vete tú a saber.”

También lanza una pregunta retórica que deja clara su visión al respecto: “¿ahora os dais cuenta de que cuando un jurado elige siempre habrá intereses de por medio?” comparando lo que ocurre todos los años con el Premios Nobel y las sospechas de soborno que se suceden todos los años a algunos de los académicos suecos. Además señala el negocio que supone Eurovisión para las discográficas por lo que no extrañaría nada que hubiese un tongo en la elección de Manel Navarro: “Si alguien gana Eurovisión su compañía de discos puede hacer mucho, pero mucho dinero, así que si Sony presionó de alguna manera para que Manel entrara, no tendría nada de raro.”

Eso sí, Etxebarría deja claro que para ella, las otras cinco opciones tampoco mejoraban a Manel Navarro: “Lo cierto es que tampoco las otras opciones que competían con Manel eran el colmo de la profesionalidad” sentenciando que “el año que viene, que envíen a La Casa Azul”